NOVEDADES:

¿ESTAMOS EN PRESENCIA DE LA ENFERMEDAD HOLANDESA?

La intervención del Banco Central

Froilán Quezada Quezada Académico de Macroeconomía y Política Económica Facultad de Ciencias Empresariales Universidad del Bío Bío

 
Martes, 18 de Enero del 2011
 
El Banco Central de Chile anunció que durante el 2011 iniciará un proceso de acumulación de reservas internacionales por un monto de US$ 12.000 millones de dólares, situación que realizará y perfeccionará con la compra periódica de divisas. ¿Qué consecuencias puede traer esta política? Elevar el tipo de cambio y llegar hasta el día de hoy a valores tales como 496,96 pesos por dólar, desde un valor de 466 pesos por dólar antes de la intervención.
La medida puede considerarse positiva, dado que disminuye la incertidumbre sobre el tipo de cambio y los empresarios del sector más indexado con la divisa pueden tomar decisiones con mayor claridad y de esta forma persistir en el desarrollo de las actividades e inversiones y al mismo tiempo, generar además mayores puestos de trabajo, dando también mayor estabilidad a los trabajadores actuales. La verdad que Chile y nuestra provincia poseen una gran cantidad de desarrollos empresariales orientados al sector exportador. Por ello, la medida genera ciertos descansos alentadores.

La señal, entregada por las autoridades monetarias, nos está diciendo que se prefiere un tipo de cambio alto o simplemente de acorde y consistente con el objetivo general de crecimiento y reducción del desempleo. ¿A qué niveles llegara el tipo de cambio? La respuesta a esta interrogante depende de, lo que ocurra con el precio del cobre. Si el precio del cobre se mantiene en un buen nivel, existirán presiones para que tipo de cambio se ajuste a la baja y por otro lado, tendremos recursos extras como país, para por ejemplo apoyar el sector empresarial cuyo crecimiento es más lento, como lo es el de la pequeña y mediana empresa, reduciendo los costos en materia tributaria y laboral y disminuir las trabas burocráticas que sabemos existen. Esto elevará la eficiencia y eficacia de estas empresas; es decir se eleva la productividad.

No está tan claro que Chile esté ya atrapado por la “enfermedad holandesa”; es decir un alto precio del cobre, si bien genera buenos ingresos para el país, puede desincentivar la producción del resto de las empresas exportadoras, ya que el flujo de entrada de divisas es mayor y persistente, esto también se puede dar por una política de movimiento del tipo de interés generado como parte de la política monetaria elegida.
Los síntomas de la enfermedad holandesa son, en general, los siguientes: caída del tipo de cambio nominal, aumento del consumo de productos importados, disminución de las exportaciones de bienes manufacturados, mayor nivel de los salarios y mayores desarrollos y movimientos en el sector servicios. Si, en la actualidad, hay varios síntomas que se dan en nuestro país; eso nos permite decir entonces que es posible aplicar políticas fiscales que ayuden a mitigar los efectos de un mayor valor del tipo de cambio producto de la intervención del Central. Ya sabemos que los precios de los combustibles se incrementarán paulatinamente por al menos dos efectos: el alto valor internacional del precio del barril de crudo, ya cerca de 100 dólares, y el mayor valor del tipo de cambio.

Lo anterior podría generar algún atisbo de inflación para los próximos meses y, si así fuera, el Banco Central se verá obligado a subir la tasa de interés (TPM), si nuestra tasa es más alta que la tasa de referencia a nivel internacional entonces nuevamente se producirá una afluencia de dólares hacia nuestro país, independiente del efecto precio del cobre, lo que terminará con una baja del tipo de cambio nuevamente, las presiones económicas suelen ser muy fuertes y más aún cuando somos una economía pequeña y abierta, donde el flujo de capitales es libre. Si el tipo de cambio se ajusta a la baja, sin duda ahogará nuevamente el desarrollo del aparato productivo nacional.
 
¿Qué se puede entonces además hacer?

a) Moderar el ingreso de recursos a la economía y controlar el gasto público y que este crezca en función de los recursos permanentes y normales.
b) Crear un fondo que permita ahorrar los recursos extraordinarios provenientes del cobre (en dólares). Este fondo podría ser utilizado para inversiones de largo plazo, por ejemplo, en mejorar la calidad de la educación y en lograr ciertos acercamientos de equidad en materia de salud.
c) Bajar gradualmente el impuesto específico a los combustibles. Con ello, bajarían los costos de operación de la Pymes y de la clase media, que nunca se considera y es la que paga los impuestos en Chile.
d) Crear subsidios para los sectores que se vean más perjudicados.
e) Incrementar la inversión en infraestructura y disminuir el gasto cotidiano por parte del gobierno.

Estimados amigos, recuerden que, en materia económica, las variables están siempre en movimiento. El único y gran inconveniente es que muchas veces para lograr el bien común y mejorar el bienestar general, se deben analizar los costos y beneficios de las medidas económicas. Pero una cosa esta clara y -como lo manifestara Friedman, Lucas y tantos economistas brillantes- la economía vuelve a retomar los equilibrios que son lógicos y naturales y siempre alguien se perjudica con las medidas. Esperamos que esos sean los menos.


 
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