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PRINCIPIOS Y DEFINICIONES

Esta sección se organiza según los tres ejes centrales de la política: Buen Trato, Participación, y manejo de conflictos. En cada uno de estos ámbitos se encontrará una definición de la dimensión, y un conjunto de principios y valores que la sustentan.

1. Buen trato:

El Buen trato se entiende como la construcción de relaciones interpersonales e institucionales basadas en el reconocimiento del otro como una persona única, irremplazable y valiosa en su constitución humana, capaz de aportar al bien común a partir de sus conocimientos y vivencias particulares. El buen trato puede ser entendido, entonces, como el conjunto de interacciones que se visibilizan en el espacio social a partir de este reconocimiento.

1.1. Principios fundamentales:

Pro-actividad: el buen trato parte de una actitud activa de este reconocimiento, que valora el actuar en consecuencia y genera acciones cotidianas que aportan a una buena convivencia.

Solidaridad: el buen trato requiere de relaciones que se basen en el apoyo mutuo y colaboración en la construcción del espacio colectivo.

Transversalidad: el buen trato es un derecho aplicable a todas las personas independiente de su  rol, cargo, función, sexo, nacionalidad, creencia religiosa o cualquier otro atributo que se sienta o piense que puede generar categorías diferenciadoras. Por consiguiente, se entenderá que la Facultad de Educación y Humanidades, está conformada por personas y no se hará distinción alguna entre estudiantes, funcionarios y académicos.

Propósitos de las definiciones previas:

Visibilizar la importancia del buen trato como una condición esencial para el desarrollo personal y laboral.

Promover un estilo de relaciones que propenda al desarrollo del buen trato entre las distintas personas que forman parte de la Facultad.

Instalar una cultura de buen trato al interior de la  Facultad de Educación y Humanidades que se transforme en base de la convivencia triestamental.

2. Participación triestamental:

El concepto de triestamentalidad se refiere a un modo de organización del gobierno universitario, en el que los tres estamentos organizados de la comunidad  universitaria: profesores, estudiantes y funcionarios no académicos, intervienen en el ejercicio de la gestión y gobierno de la Institución.

Se trata de organizar la participación de una comunidad compuesta de tres partes diferentes y con distintos intereses, pero compartiendo en común el ejercicio democrático de la gestión y desarrollo de la institución universitaria, precisamente, para fortalecerla y elevar su nivel de excelencia académica.

La idea de triestamentalidad parte del principio democrático de que la universidad es un espacio abierto y plural donde convergen ideas, conocimientos y saberes que se comparten en un ámbito basado en la libertad de enseñanza y en la educación como un derecho social e individual inalienable. Si la universidad es un espacio de libertad, de igualdad y de pluralidad, el ejercicio de su gobierno debe ser democrático y basado en la participación organizada de todos quienes forman parte de la comunidad universitaria: los académicos, los estudiantes y los funcionarios no académicos.

Para el  logro de  un espacio de participación de los tres estamentos que componen la Facultad,  en las diversas actividades y comisiones que se desarrollen, se propone valorar los siguientes mecanismos o instancias:

  • Integración a los cuerpos colegiados de la Facultad de Educación y Humanidades, los tres estamentos anteriormente mencionados, tanto en el Consejo, Comité, Unidad y otros.
  • Inclusión en cada instancia de la  Reglamentación Interna, de espacios de incorporación  y participación de los tres estamentos.
  • Buscar compromisos reales de participación de los integrantes de los tres estamentos, con respecto  de los temas de Convivencia y Comunicación.
  • Generar espacios concretos de información y/o expresión  de temas  reales de  comunicación y convivencia.
  • Respetar los mecanismos adecuados para la elección de representantes estamentales.
  • La toma de decisiones en la Comisión de Comunicación y Convivencia debe ser  el resultado de la participación activa de los tres estamentos y el trabajo colaborativo.
 
2.1.- Principios y características relevantes

Compromiso: Respetamos la palabra dada y la obligación contraída.

Respeto: Valoramos los intereses y necesidades propias y de los demás en sus opciones personales, de quienes trabajan y estudian en la Universidad.

Transparencia: Actuamos de forma irreprochable e irreprensible en cada una de la acciones.

Responsabilidad: Respondemos a las consecuencias de las acciones y omisiones realizadas libremente en el desarrollo de las actividades de docencia, investigación y servicio a la comunidad.

Honestidad: Comportarse con coherencia y sinceridad, apegado a la verdad y a la justicia.

Pluralismo: Reconocemos y aceptamos la existencia de variadas posiciones o doctrinas.

Diálogo: Comunicarse con otros respetando las opiniones para construir visiones compartidas.

Participación democrática: Tomamos decisiones a partir de las mayorías guardando respeto con las minorías.

3. Manejo de conflictos:

 

Se entiende el manejo de conflictos como el abordaje efectivo de situaciones en que se presenten discrepancias o problemas entre dos o más personas, que genere efectos negativos, tanto a nivel individual como institucional, y que no puedan ser manejados por los mismos implicados de manera natural. Es el conjunto de estrategias y actividades que procuran prevenir una escalada de tensiones y transformar relaciones de confrontación en relaciones de colaboración y confianza para la convivencia pacífica, justa y equitativa. La finalidad es contar con sistemas y métodos que permitan abordar los conflictos de manera constructiva, que permitan su flujo adecuado para acercarnos a la posibilidad  de fortalecernos y aprender a convivir.

3.1. Principios

Este abordaje se centrará en valores como el respeto, compromiso y la responsabilidad.

Respeto: Es la valoración del otro como legítimo otro, cuidando el desarrollo y manifestación de su individualidad y derechos.

Compromiso: Es el apoyo brindado a los integrantes de la Facultad para que enfrenten las dificultades y conflictos con la seguridad de que no estarán desamparados frente a ellos.

Responsabilidad: Es la respuesta, efectiva y proactiva para enfrentar los temas de conflicto y las consecuencias que éstos puedan generar.

3.2. Momentos del manejo de conflicto

El abordaje de las situaciones de conflicto puede ser ordenado en tres momentos diferentes de la presentación de los conflictos; en primer lugar, aquel en donde el conflicto aún no se explicita o está por generarse, y que tiene una mirada más preventiva; un segundo momento, donde se encuentran conflictos manifiestos, pero de baja intensidad y/o bajas consecuencias; y, finalmente, un tercer momento donde se encuentran conflictos de mayor intensidad o que son de alta connotación.

Primera dimensión: situaciones de prevención de conflictos

Desarrollar una comunicación efectiva entre los integrantes de la comunidad de la  Facultad de Educación y Humanidades, en un margen de empatía,  respeto mutuo y proactividad. La comunicación debe darse en un marco de respeto entre las personas, manteniendo una empatía con el otro al momento de buscar establecer la comunicación, e intentando adelantarse a las situaciones que puedan generar un conflicto.

Además, se debe generar un desapego emocional de la situación de conflicto, buscando superar situaciones anteriores y enfrentar las decisiones de un modo más objetivo, para superarlas y continuar con una relación adecuada a futuro.  Esto evitaría la predisposición negativa frente a las personas en el trabajo cotidiano.

Es importante que se capacite a los nuevos funcionarios, académicos y estudiantes en habilidades de comunicación, manejo de conflictos e inteligencia emocional.

Segunda dimensión: situaciones de conflictos de mediana intensidad.

Cuando se presenta un conflicto debido a una equivocación, agresión menor u omisión, se debe utilizar la comunicación de manera empática y efectiva que busque ser enfrentada de modo positivo para disminuir el conflicto, y evitar la sobredimensionalización del problema y generar predisposiciones negativas o malas relaciones a futuro.

El objetivo  central es llegar a una solución efectiva que evite que el problema se repita o generalice a otros funcionarios, académicos o estudiantes.  Para resolver el conflicto es importante analizar la situación directamente con las partes involucradas, ya que esto ayuda a calmar el grado de ansiedad generado por el problema y buscar soluciones consensuadas.

Se debe mantener la objetividad y el equilibrio emocional entre la partes en discusión.

Tercera dimensión: Situaciones de conflictos mayores o de alta connotación.

Si el conflicto no se ha podido resolver en 1era.  y 2da. instancias, el mediador debe ser firme y objetivo en la búsqueda de la solución; si el problema es demasiado complejo y requiere mayor análisis, hay que realizar un estudio para encontrar la forma de resolverlo, y solicitar la aplicación de normas y reglamentos de la universidad (estatutos).

Se les debe hacer énfasis en que los involucrados tienen que estar conscientes de que se está tratando de volver a un clima de armonía,  que el “tema es serio”, ya que está en juego la tranquilidad laboral de los actores involucrados y del ambiente de trabajo en general.

Se debe determinar si se trata de una situación aislada o recurrente, o de una situación reiterativa. Si es aislada, se propone enfrentarla con la instancia superior directa (según corresponda). Si es recurrente,  debe atenderse con mayor detalle y cuidado para evitar existencia de problemas de tratos y malas relaciones interpersonales, proponiendo una comisión ad hoc que analice la situación y entregue los antecedentes a la instancia superior directa.

El mediador debe actuar con respeto, objetividad y trabajar por una solución entre todos y para todos, teniendo presente que un ambiente laboral sano va en beneficio directo de nuestra permanencia y  productividad en la institución.