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INTRODUCCIÓN ANTECEDENTES PRINCIPIOS Y DEFINICIONES ORIENTACIONES Y ACCIONES SINTESIS CONCLUSIONES


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SINTESIS

Esta política de convivencia triestamental es producto de una preocupación sobre los procesos personales e institucionales que pueden llevar a la Facultad de Educación y Humanidades al logro de sus objetivos. Responde a la valoración de tres ámbitos sociales relevantes a juicio del equipo que participa de su conformación, y que han salido desde las percepciones de los integrantes de la Facultad, a partir de un diagnóstico realizado el año 2013. Estos ámbitos son el Buen Trato, la Participación, y el Manejo de Conflictos.  

En relación con el Buen Trato, este se conceptualiza como un proceso de reconocimiento activo de los derechos de las personas, de manera que puedan sentirse respetadas, valoradas y seguras. Para el logro de este ámbito, se debe promover una constante difusión de dichos derechos, para que se genere una cultura institucional que los defienda, así mismo se debe contar con un equipo de personas que genere acciones para su promoción, y permita buscar medios de sensibilización y formación. Finalmente, se debe integrar como objetivo de desarrollo estratégico en  las planificaciones de las unidades.

Respecto de la Participación Triestamental, se define como un proceso de presencia activa en la organización de los procesos decisionales de la Facultad, que permite la valoración y reconocimiento de todos/as los/as integrantes de la misma. Para ello, se debe promover la participación de funcionarios no académicos y estudiantes en las comisiones y unidades de la Facultad, fortalecer la comunicación y difusión de informaciones relevantes, propiciar la elección democrática de representantes de los tres estamentos, generar espacios reales de participación de los tres estamentos en actividades relevantes de la Facultad, y apoyar la generación de espacios colaborativos entre dichos estamentos.

Finalmente, en cuanto al Manejo de Conflictos, este es visto como el abordaje efectivo de situaciones en que se presenten discrepancias o problemas entre dos o más personas, que genera efectos negativos, y que precisan de apoyo para su resolución. Para su concreción, se propone, en una primera instancia, fortalecer la prevención de conflictos con estrategias de comunicación efectiva y mejoramiento del clima laboral; en una segunda instancia, apoyar el manejo de situaciones negativas y de conflictos menores para su resolución positiva; en una tercera instancia, de conflictos mayores o de alta connotación, se propone intervenir con estrategias mediacionales y con una comisión de gestión de conflictos que pueda ayudar a resolver el problema y articular el proceder de las normativas institucionales dispuestas para esos casos.

Estos tres ámbitos requieren de la aprobación y socialización de todos/as los/as integrantes de la Facultad, así como de protocolos e instancias de aplicación de las acciones señaladas. Al respecto, se sugiere la creación de una unidad funcional que permita dichos pasos, así como la evaluación de esta política en el tiempo.  Esta unidad debe ser triestamental en su constitución, y permitir que las ideas vertidas en este documento puedan llevarse a la práctica.